miércoles, 18 de marzo de 2015

Vida de una vaca lechera

Las vacas de la industria láctea son sometidas a embarazos forzados, privación de libertad, ordeña intensiva y medicación. Las crías son separadas de sus madres al nacer, para que la leche que naturalmente le corresponde a los terneros sea comercializada.  Una vez el ternero nace y es retirado de la madre esta empieza a ser ordeñada y seguirá produciendo leche durante unos diez meses, y antes de que deje de dar leche volverá a ser inseminada otra vez y el proceso continuará así durante toda la vida de la vaca.
Las hembras tendrán el mismo destino que sus madres y los machos se convertirán en carne de ternera, blanda y pálida, para lo cual hay que tener a los pequeños anémicos y encerrados en naves especiales donde no pueden moverse.
Casi todas las vacas lecheras suelen vivir en unas lamentables condiciones de hacinamiento y suciedad. Se les administran antibióticos, hormonas y tranquilizantes. Son ordeñadas de forma automática dos e incluso tres veces al día lo cual llega a producirles lesiones en las ubres y mastitis.
 También debemos saber que sufren infecciones y toda clase de problemas en sus pezuñas ya que estas no son los zapatos más adecuados para vivir permanentemente sobre suelos de cemento.
Todos los parámetros están controlados en este tipo de explotaciones intensivas de vacas lecheras. Se controla la cantidad de pienso que deben comer, la temperatura más conveniente para que la producción de leche no se resiente y por supuesto el tipo de iluminación, casi siempre artificial. Algunos granjeros han comprobado que un ciclo de 16 horas de luz y sólo 8 horas de oscuridad proporciona un mayor rendimiento.

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